ORDO
MISSA DOMINGO DOMINGO 32 DURANTE EL AÑO. VERDE. 11 DE
NOVIEMBRE 2012
RITOS
INICIALES RITUS INITIALES
RITI DI INTRODUZIONE
INTROITUS
Que mi plegaria llegue a tu presencia, Señor;
inclina tu oído a mi clamor.
Intret orátio mea in conspéctu tuo;
inclína aurem tuam ad
precem meam, Dómine.
La mia preghiera giunga fino a te;
tendi, o Signore, l'orecchio
alla mia preghiera.
tendi, o Signore, l'orecchio
alla mia preghiera.
Reunido el pueblo, el sacerdote con los ministros
va al altar, mientras se entona el canto de entrada.
Cuando llega al
altar, el sacerdote con los ministros hace la debida reverencia, besa el altar
y, si se juzga oportuno, lo inciensa. Después se dirige con los ministros a la
sede. Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se
santiguan, mientras el sacerdote dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
In nomine
Patris et Filii et Spiritus Sancti.
Amen.
Nel
nome del Padre del Figlio e dello Spirito Santo.
Amen.
El sacerdote, extendiendo las manos, saluda al
pueblo con una de las fórmulas siguientes:
SALUDO
SALUTATIO
SALUTO DEL CELEBRANTE
El
Señor esté con vosotros
Dominus vobiscum.
Il Signore sia con voi.
Respuesta
Y con tu
espíritu.
Et cum spiritu tuo.
E con il tuo
spirito.
ACTO PENITENCIAL
Actus Pænitentialis
ATTO
PENITENZIALE
Kyrie, eleison.
Kyrie, eleison.
Christe, eleison.
Christe, eleison.
Kyrie, eleison.
Kyrie, eleison.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad
Signore,
pietà.
Signore, pietà.
Cristo,
pietà.
Cristo, pietà.
Signore,
pietà.
Signore, pietà.
Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo
atiende nuestra súplica
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Glória in excélsis Deo
et in terra pax homínibus bonae voluntátis.
Laudámus te,
benedícimus te,
adorámus te,
glorificámus te,
grátias ágimus tibi propter magnam glóriam
tuam,
Dómine Deus, Rex caeléstis,
Deus Pater omnípotens.
Dómine Fili unigénite, Iesu Christe,
Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius Patris,
qui tollis peccáta mundi, miserére nobis;
qui tollis peccáta mundi, súscipe
deprecatiónem nostram.
Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis.
Quóniam tu solus Sanctus, tu solus Dóminus,
tu solus Altíssimus,
Iesu Christe, cum Sancto Spíritu: in glória
Dei Patris.
Amen.
GLORIA A DIO
Gloria a Dio nell'alto dei cieli
e pace in terra agli uomini di buona volontà.
Noi ti lodiamo, ti benediciamo,
ti adoriamo, ti glorifichiamo,
ti rendiamo grazie per la tua gloria immensa,
Signore Dio, Re del cielo, Dio Padre onnipotente.
Signore, Figlio unigenito, Gesù Cristo,
Signore Dio, Agnello di Dio, Figlio del Padre;
tu che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi;
tu che togli i peccati del mondo, accogli la nostra
supplica;
tu che siedi alla destra del Padre, abbi pietà di noi.
Perché tu solo il Santo, tu solo il Signore, tu solo
l'Altissimo:
Gesù Cristo, con lo Spirito Santo
nella gloria di Dio Padre.
Amen.
Acabado el himno, el sacerdote, con las manos juntas dice:
Oremos.
Preghiamo
Y todos junto con el sacerdote rezan en silencio durante unos
instantes. Luego el sacerdote con las manos extendidas pronuncia la oración
colecta. Cuando ésta finaliza el pueblo aclama: Amen
ORACIÓN COLECTA
ORATIO COLLECTA
COLLETTA
S: Oremus
Dios todopoderoso y rico en misericordia,
aleja de nosotros todos los males, para que, sin impedimentos en el alma y en
el cuerpo, cumplamos tu voluntad con libertad de espíritu. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Omnípotens et miséricors Deus, univérsa nobis
adversántia propitiátus exclúde, ut, mente et córpore páriter expedíti, quæ tua
sunt líberis méntibus exsequámur. Per Dóminum...
Dio
grande e misericordioso, allontana ogni ostacolo nel nostro cammino verso di
te, perché, nella serenità del corpo e dello spirito, possiamo dedicarci
liberamente al tuo servizio. Per il nostro Signore Gesù Cristo, tuo Figlio, che
è Dio, e vive e regna con te, nell'unità dello Spirito Santo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA
VERBI
LITURGIA
DELLA PAROLA
El lector va al ambón y lee la primera lectura, que todos escuchan
sentados.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
El salmista o el cantor entona la antífona del salmo, y el pueblo la
repite y la intercala entre las estrofas.
Si hay segunda lectura, se lee en el ambón, como la primera.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra
de Dios.
Todos aclaman:
Te
alabamos, Señor.
Sigue el canto del Aleluya o, en tiempo de Cuaresma, el canto antes
del evangelio.
Mientras tanto, si se usa incienso, el sacerdote lo pone en el
incensario.
Después el diácono (o el concelebrante que ha de proclamar el
evangelio, en la misa presidida por el Obispo), inclinado ante el sacerdote,
pide la bendición, diciendo en voz baja:
Padre,
dame tu bendición.
El sacerdote en voz baja dice:
El
Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies dignamente su
Evangelio; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El diácono o el concelebrante se signa y responde: Amén.
Si el mismo sacerdote debe proclamar el evangelio, inclinado ante el
altar, dice en secreto:
Purifica
mi corazón y mis labios, Dios todopoderoso, para que anuncie
dignamente tu Evangelio.
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón, acompañado
eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios; ya en el
ambón dice:
El
Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y
con tu espíritu.
El diácono (o el sacerdote):
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san N.
Mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su
frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
Gloria
a ti, Señor.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso, inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote) dice:
Palabra
del Señor.
Todos aclaman:
Gloria
a ti, Señor Jesús.
Si la aclamación es cantada pueden usarse otras respuestas de
alabanza a Jesucristo, por ejemplo:
Tu
palabra, Señor, es la verdad, y tu ley nuestra libertad.
O bien:
Tu
palabra, Señor, es lámpara que alumbra nuestros pasos.
O bien:
Tu
palabra, Señor, permanece por los siglos.
Después el diácono lleva el libro a quien preside, y éste lo besa,
diciendo en secreto:
Las
palabras del Evangelio borren nuestros pecados.
O bien el mismo diácono besa el libro, diciendo en secreto las
mismas palabras.
Luego tiene lugar la homilía; ésta es obligatoria todos los domingos
y fiestas de precepto y se recomienda en los restantes días.
Acabada la homilía, si la Liturgia del día lo prescribe, se hace la
profesión de fe:
PRIMERA
LECTURA, LECTIO PRIMA, PRIMA LECTURA
1Rey 17, 8-16
Lectura del primer libro de los Reyes.
Lectura del primer libro de los Reyes.
La palabra del Señor
llegó al profeta Elías en estos términos: «Ve a Sarepta, que pertenece a Sidón,
y establécete allí; ahí Yo he ordenado a una viuda que te provea de alimento».
Él partió y se fue a Sarepta. Al llegar a la entrada de la ciudad, vio a una
viuda que estaba juntando leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme en un
jarro un poco de agua para beber». Mientras ella lo iba a buscar, la llamó y le
dijo: «Tráeme también en la mano un pedazo de pan». Pero ella respondió: «¡Por
la vida del Señor, tu Dios! No tengo pan cocido, sino sólo un puñado de harina
en el tarro y un poco de aceite en el frasco. Apenas recoja un manojo de leña,
entraré a preparar un pan para mí y para mi hijo; lo comeremos, y luego
moriremos». Elías le dijo: «No temas. Ve a hacer lo que has dicho, pero antes
prepárame con eso una pequeña galleta y tráemela; para ti y para tu hijo lo
harás después. Porque así habla el Señor, el Dios de Israel: El tarro de harina
no se agotará ni el frasco de aceite se vaciará, hasta el día en que el Señor
haga llover sobre la superficie del suelo». Ella se fue e hizo lo que le había
dicho Elías, y comieron ella, él y su hijo, durante un tiempo. El tarro de
harina no se agotó ni se vació el frasco de aceite, conforme a la palabra que
había pronunciado el Señor por medio de Elías
Verbum Dòmini. Deo gratias.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor
Parola di Dio. Rendiamo grazie a Dio.
SALMO
RESPONSORIAL.
PSALMUS
RESPONSORIUS
SALMO RESPONSORIALE
Sal
145, 6-10
R. ¡Alaba
al Señor, alma mía!
El
Señor mantiene su fidelidad para siempre, hace justicia a los oprimidos y da
pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos.
R.
R.
El
Señor abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados. El
Señor ama a los justos y protege a los extranjeros.
R.
R.
Sustenta al huérfano y a la viuda y entorpece
el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a lo
largo de las generaciones.
R.
R.
SEGUNDA
LECTURA, LECTIO SECUNDA, SECONDA
LETTURA
Heb 9, 24-28
Cristo no entró en un
santuario erigido por manos humanas −simple figura del auténtico Santuario−
sino en el cielo, para presentarse delante de Dios en favor nuestro. Y no entró
para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como lo hace el Sumo Sacerdote que
penetra cada año en el Santuario con una sangre que no es la suya. Porque en
ese caso, hubiera tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo.
En cambio, ahora Él se ha manifestado una sola vez, en la consumación de los
tiempos, para abolir el pecado por medio de su Sacrificio. Y así como el
destino de los hombres es morir una sola vez, después de lo cual viene el
Juicio, así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para
quitar los pecados de la multitud, aparecerá por segunda vez, ya no en relación
con el pecado, sino para salvar a los que lo esperan.
Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor
Verbum Dòmini. Deo gratias
Parola di Dio Rendiamo grazie
a Dio.
ACLAMACIÓN
Mt 5, 3
Aleluya.
Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de
los Cielos. Aleluya.
EVANGELIO
Evangelium
VANGELO
Después
el diácono (o el sacerdote) va al ambón, compañado eventualmente por los
ministros que llevan el incienso y los cirios; ya en el ambón dice:
El
Señor esté con vosotros.
Il Signore sia con voi
El
pueblo responde:
R: / Y con tu espíritu.
E con il tuo spirito.
Dóminus vobíscum
Et cum spíritu tuo
El diácono (o el sacerdote):
Lectura del santo Evangelio según san N.
Léctio sancti Evangélii secúndum
Y
mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su frente,
labios y pecho.
El
pueblo aclama:
R: / Gloria a ti, Señor. Glória tibi,
Dómine.
El
diácono (o el sacerdote), si se usa incienso, inciensa el libro.
Luego
proclama el evangelio.
Acabado
el evangelio el diácono (o el sacerdote) dice:
Palabra del Señor.
Todos
aclaman:
R: / Gloria a ti,
Señor Jesús.
EVANGELIO
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN
LÉCTIO
SANCTI EVANGÉLII SECÚNDUM
DAL
VANGELO SECONDO
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Marcos.
Jesús enseñaba a la
multitud: «Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas
vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las
sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer
largas oraciones. Éstos serán juzgados con más severidad». Jesús se sentó
frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su
limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde
y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces Él llamó a sus discípulos y
les dijo: «Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los
otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su
indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir».
S: Palabra
del Señor .
Te alabamos Señor
Verbum Domini. Laus tibi, Christe
Parola
del Signore.
Lode
a te, o Cristo.
PROFESSIO FIDEI
PROFESSIONE DI FEDE
PROFESION DE FE
Acabada la homilía, si la liturgia del día lo prescribe,
se hace la profesión de fe:
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único
Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen, hasta María Virgen, todos se
inclinan.
que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio
Pilato,
fue crucificado, muerto y
sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre
los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de
Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a
vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
Credo in unum Deum, Patrem
omnipotentem, factorem caeli et terrae, visibilium omnium et invisibilium. Et
in unum Dominum Iesum Christum, Filium Dei unigenitum, et ex Patre natum ante
omnia saecula. Deum de Deo, lumen de lumine, Deum verum de Deo vero, genitum,
non factum, consubstantialem Patri: per quem omnia facta sunt. Qui propter nos
homines et propter nostram salutem descendit de caelis. Et incarnatus est de
Spiritu Sancto ex Maria Virgine, et homo factus est. Crucifixus etiam pro nobis
sub Pontio Pilato; passus et sepultus est, et resurrexit tertia die, secundum
Scripturas, et ascendit in caelum, sedet ad dexteram Patris. Et iterum venturus
est cum gloria, iudicare vivos et mortuos, cuius regni non erit finis. Et in
Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem: qui ex Patre Filioque procedit. Qui
cum Patre et Filio simul adoratur et conglorificatur: qui locutus est per
prophetas. Et unam, sanctam, catholicam et
apostolicam Ecclesiam. Confiteor unum baptisma in remissionem peccatorum. Et expecto
resurrectionem mortuorum et vitam venturi saeculi.
Credo in un solo Dio,
Padre onnipotente, creatore del cielo e della
terra,
di tutte le cose visibili e invisibili.
Credo in un solo Signore, Gesù Cristo,
unigenito Figlio di Dio, nato dal Padre prima di
tutti i secoli.
Dio da Dio, Luce da Luce, Dio vero da Dio vero;
generato, non creato; della stessa sostanza del Padre;
per mezzo di lui tutte le cose sono state create.
Per noi uomini e per la nostra salvezza discese dal
cielo;
e per opera dello Spirito Santo
si é incarnato nel seno della Vergine Maria e si é fatto uomo.
Fu crocifisso per noi sotto Ponzio Pilato, morì e fu sepolto.
Il terzo giorno é risuscitato, secondo le Scritture;
é salito al cielo, siede alla destra del Padre.
E di nuovo verrà, nella gloria, per giudicare i vivi e i morti,
e il suo regno non avrà fine.
Credo nello Spirito Santo, che é Signore e da la
vita,
e procede dal Padre e dal Figlio
e con il Padre e il Figlio é adorato e
glorificato
e ha parlato per mezzo dei profeti.
Credo la
Chiesa , una, santa, cattolica e apostolica.
Professo un solo battesimo per il perdono dei
peccati.
Aspetto la risurrezione dei morti e la vita del
mondo che verrà.
Amen.
Después se hace la plegaria
universal u oración de los fieles, que se desarrolla de la siguiente forma:
lnvitatorio
El sacerdote invita a los fieles a
orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son propuestas por
un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona idónea.
El pueblo manifiesta su
participación con una invocación u orando en silencio.
La sucesión de intenciones
ordinariamente debe ser la siguiente:
a) por las necesidades de la Iglesia ;
b) por los gobernantes y por la
salvación del mundo entero;
e) por aquellos que se encuentran
en necesidades particulares;
d) por la comunidad local.
Conclusión
El sacerdote termina la plegaria
común con una oración conclusiva
Deinde fit oratio universalis, seu
oratio fidelium.
ORATIO FIDELIUM
ORACIONES DE LOS FIELES
PREGHIERA
DEI FEDELI
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA
EUCHARISTICA
LITURGIA EUCARISTICA
Acabada la Liturgia de la Palabra , los ministros colocan en el altar el
corporal, el purificador, el cáliz y el misal; mientras tanto puede ejecutarse
un canto adecuado.
Conviene que los fieles expresen su
participación en la ofrenda, bien sea llevando el pan y el vino para la
celebración de la eucaristía, bien aportando otros dones para las necesidades
de la Iglesia
o de los pobres.
El sacerdote se acerca al altar, toma la patena
con el pan y, manteniéndola un poco elevada sobre el altar, dice en
secreto:
Bendito seas, Señor, Dios
del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que
recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros
pan de vida.
Benedíctus
es, Dómine, Deus univérsi, quia de tua largitáte accépimus panem, quem tibi offérimus, fructum terræ et
óperis mánuum hóminum: ex quo nobis fi et panis vitæ.
Benedetto
sei tu, Signore, Dio dell’universo: dalla tua bontà abbiamo ricevuto questo
pane, frutto della terra e del lavoro dell’uomo; lo presentiamo a te, perché
diventi per noi cibo di
Después deja la patena con el pan sobre el
corporal.
Si no se canta durante la presentación de las
ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el
pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre, Señor
Benedíctus Deus in
sæ´cula.
Benedetto nei secoli il Signore.
El diácono, o el sacerdote, echa vino y un poco
de agua en el cáliz, diciendo en secreto:
El agua unida al vino sea signo de nuestra participación
en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condición humana.
Después el sacerdote toma el cáliz y,
manteniéndolo un poco elevado sobre el altar, dice en secreto:
Bendito seas, Señor, Dios
del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que
recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida
de salvación.
Benedíctus es, Dómine, Deus univérsi, quia de tua largitáte accépimus vinum, quod tibi offérimus, fructum vitis et
ópe ris mánuum hóminum, ex quo nobis fi et potus spiritális.
Benedetto
sei tu, Signore, Dio dell’universo: dalla tua bontà abbiamo ricevuto questo
vino frutto della vite e del lavoro dell’uomo; lo presentiamo a te,perché
diventi per noi bevandadi salvezz
Después deja el cáliz sobre el corporal.
Si no se canta durante la presentación de las ofrendas,
el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el pueblo puede
aclamar:
Bendito seas por siempre, Señor.
A continuación, el sacerdote, inclinado, dice
en secreto:
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro
espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu
presencia, Señor, Dios nuestro.
Y, si se juzga oportuno, inciensa las ofrendas
y el altar. A continuación el diácono o un ministro inciensa al sacerdote y al
pueblo.
Luego el sacerdote, de pie a un lado del altar,
se lava las manos, diciendo en secreto:
Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.Lava me,
Domine, ab iniquitate mea, et a peccato meo munda me.
Después, de pie en el
centro del altar y de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, dice
una de las siguientes fórmulas:Orad, hermanos,para que este sacrificio, mío y
vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
Orate, fratres, ut meum ac vestrum sacrificium
acceptabile fiat apud Deum Patrem omnipotentem!
Oráte, fratres: ut meum ac vestrum sacrifícium acceptábile
fi at apud Deum Patrem omnipoténtem.
Pregate, fratelli,
perché il mio e vostro sacrifi cio sia gradito a Dio, Padre onnipotent
O bien:
En el momento de
ofrecer
el sacrificio de toda la Iglesia ,
oremos a Dios, Padre todopoderoso
O bien:
Orad, hermanos,
para que, llevando al altar
los gozos y las fatigas de cada día,
nos dispongamos a ofrecer el sacrificio
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El pueblo responde:
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para
alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa
Iglesia.
Suscípiat Dóminus sacrifícium de mánibus tuis ad laudem et
glóriam nóminis sui, ad utilitátem
quoque
nostram totiúsque Ecclésiæ suæ sanctæ.
Il Signore
riceva dalle tue mani questo sacrifi cio a lode e gloria del suo nome, per il
bene nostro e di tutta la sua santa Chiesa.
Luego el sacerdote, con las manos extendidas,
dice la oración sobre las ofrendas.
ORACION SOBRE
LAS OFRENDAS
Oratio SUPER OBLATA (nos ponemos de pie)
l’ORAZIONE SULLE OFFERTE.
Mira con bondad este sacrificio,
Señor, y concédenos alcanzar los frutos de la pasión de tu Hijo, que ahora
celebramos sacramentalmente. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Sacrifíciis præséntibus, Dómine, quæsumus, inténde
placátus, ut, quod passiónis Fílii tui mystério gérimus, pio consequámur
afféctu. Per Christum.
Volgi
il tuo sguardo, o Padre, alle offerte della tua Chiesa, e fa' che partecipiamo con fede alla
passione gloriosa del tuo Figlio, che ora celebriamo nel mistero. Per Cristo
nostro Signore.
Súper
Oblata
La oración sobre las ofrendas termina siempre
con la conclusión breve.
Si la oración se dirige al Padre:
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Si la oración se dirige al Padre, pero al final
de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
Si la oración se dirige al Hijo:
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
Prex Eucharistica
PLEGARIA EUCARISTICA
PREGHIERA
EUCARISTICA
En las
plegarias eucarísticas se pueden nombrar junto al Obispo diocesano a los Obispos
coadjutores o auxiliares y al Obispo que eventualmente preside una
concelebración. Si el celebrante es Obispo, siempre se nombra a si mismo; el
Obispo diocesano se nombra después del Papa; los otros Obispos se nombran a sí
mismos después del Obispo diocesano.
En la plegaria eucarística primera o Canon
romano pueden omitirse aquellas partes que están incluidas dentro de
corchetes.
PREFACIO
PRÆFATIO
El
sacerdote comienza la plegaria eucarística con el prefacio. Con las manos
extendidas dice:
El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
El
pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
El
sacerdote, elevando las manos, prosigue:
Levantemos el corazón.
Sursum corda.
El
pueblo responde:
Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
Habémus ad Dóminum.
El
sacerdote, con las manos extendidas, añade:
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Grátias agámus Dómino Deo nostro.
El
pueblo responde:
Es justo y necesario.
Dignum et iustum est.
El
sacerdote prosigue el prefacio con las manos extendidas.
Al final
del prefacio junta las manos y, en unión del pueblo,
PREFACIO
–
Præfatio- Prefazio
Dominus vobiscum.
Et cum spiritu tuo.
Sursum corda.
Habemus ad Dominum.
Gratias agamus Domino Deo nostro.
Dignum et
iustum est.
concluye
el prefacio, cantando o diciendo en voz alta:
Sanctus, sanctus, sanctus Dominus Deus
Sabaoth. Pleni sunt caeli et terra gloria tua. Hosanna in
excelsis. Benedictus qui venit in nomine
Domini.
Hosanna in excelsis.
Santo, Santo,
Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el
cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que
viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Santo, Santo, Santo
il Signore
Dio dell’universo. I cieli e
la terra sono pieni della tua
gloria. Osanna nell’alto dei
cieli. Benedetto colui che viene
nel nome del Signore. Osanna
nell’alto dei cieli
Ahora
se elige alguna de las Plegarias Eucarísticas
PLEGARIA EUCARÍSTICA III
31. El
sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus
criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo,
Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin
cesar,
para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el
ocaso.
32. Junta las
manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo
Espíritu
Junta las manos y traza el signo de
la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que sean
Cuerpo y X Sangre de
Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
Junta las manos.
que nos mandó celebrar estos
misterios.
33. En las
fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad,
como lo requiere la naturaleza de
éstas.
Porque él mismo, la noche en que
iba a ser entregado,
Toma el pan y, sosteniéndolo un
poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, y dando gracias te
bendijo, lo partió
y lo dio a sus discípulos,
diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y comed todos de él, porque
esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego
sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión
34. Después
prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un
poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos,
diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi
Sangre,
Sangre de la alianza nueva y
eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Muestra el cáliz al pueblo, lo
deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
35. Luego dice
una de las siguientes fórmulas:
1 Éste es el Sacramento de nuestra
fe.
O bien:
Éste es el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos
tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
2 Aclamad el Misterio de la
redención:
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
3 Cristo se entregó por nosotros.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Por tu cruz y resurrección
nos has salvado, Señor.
36. Después el
sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu
Hijo,
de su admirable resurrección y
ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida
gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de
gracias, el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda
de tu Iglesia,
y reconoce en ellaa la victima
por cuya inmolación quisiste
devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos con el
Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
Que él nos
transforme en ofrenda
permanente,
para que gocemos de tu heredad
junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
los apóstoles y los mártires,
[san N.: santo
del día o patrono]
y todos los santos, por cuya
intercesión
confiamos obtener siempre tu
ayuda.
Te pedimos, Padre, que esta
Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al
mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la
tierra:
a tu servidor, el Papa N., a
nuestro Obispo N.,
Puede hacerse también mención de
los Obispos coadjutores o auxiliares y, en las concelebraciones, del Obispo que
preside la celebración.
El Obispo, cuando celebra en su
diócesis, dice:
a mí, indigno siervo tuyo,
Cuando celebra un Obispo que no es
el Ordinario, dice:
a mi hermano N., Obispo de
esta Iglesia de N.,
a mí, indigno siervo tuyo,
al orden episcopal, a los
presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por
ti.
Atiende los deseos y súplicas de
esta familia
que has congregado en tu
presencia.
Reúne en torno a ti, Padre
misericordioso,
a todos tus hijos dispersos por
el mundo.
† A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu
amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos
juntos
de la plenitud eterna de tu
gloria,
Junta las manos.
por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos
los bienes. †
37. Toma la
patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria por los
siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
RITO
DE COMUNION
RITUS COMMUNIONIS
RITI
DI COMUNIONE
Una vez que ha dejado el cáliz y la
patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Fieles a la recomendación del Salvador
y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a
decir:
Præcéptis salutáribus móniti, et
divína institutióne formáti, audémus
dícere:
Obbedienti alla parola del Salvatore
e formati al suo divino
insegnamento, osiamo dire:
O bien:
Llenos de alegría por ser hijos
de Dios,
digamos confiadamente
la oración que Cristo nos enseñó:
O bien:
El amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos
ha dado;
digamos con fe y esperanza:
O bien:
Antes de participar en el
banquete de la
Eucaristía,
signo de reconciliación
y vinculo de unión fraterna,
oremos juntos como el Señor nos
ha enseñado:
Extiende las manos y, junto con el
pueblo, continúa:
Padrenuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada
día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la
tentación,
y líbranos del mal.
Pater
noster, qui es in caelis:
sanctificétur nomen tuum;
advéniat regnum tuum;
fiat volúntas tua, sicut in caelo,
et in terra.
Panem
nostrum cotidiánum da nobis hódie;
et
dimítte nobis débita nostra,
sicut
et nos dimíttimus debitóribus nostris;
et
ne nos indúcas in tentatiónem;
sed
líbera nos a malo.
Padre
nostro, che sei nei cieli,
sia
santificato il tuo nome,
venga
il tuo regno, sia fatta la tua volontà,
come in cielo così in
terra.
Dacci
oggi il nostro pane quotidiano,
e
rimetti a noi i nostri debiti
come
noi li rimettiamo ai nostri debitori,
e non
ci indurre in tentazione, ma liberaci dal male.
El sacerdote, con las manos
extendidas, prosigue él solo:
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libre de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Líbera nos, quæ´sumus, Dómine,
ab ómnibus malis, da propítius
pacem in diébus nostris, ut, ope
misericórdiæ tuæ adiúti, et a peccáto
simus semper líberi et ab
omni perturbatióne secúri: exspectántes
beátam spem et advéntum
Salvatóris nostri Iesu Christi
Liberaci, o Signore, da
tutti i mali,
concedi la pace ai
nostri giorni;
e con l'aiuto della tua
misericordia,
vivremo sempre liberi
dal peccato e sicuri da ogni turbamento,nell'attesa che si compia la beata
speranza, e venga il nostro Salvatore Gesù Cristo.
Tuo é il regno, tua la potenza
e la gloria nei secoli
Junta las manos.
El pueblo concluye la oración,
aclamando:
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Quia
tuum est regnum, et potéstas, et glória in sæ´cula.
Después el sacerdote, con las manos
extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
"La paz os dejo, mi paz os doy", no tengas
en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la
unidad.
Dómine Iesu Christe, qui dixísti Apóstolis tuis: Pacem
relínquo vobis, pacem meam do
vobis: ne respícias peccáta nostra, sed fi dem Ecclésiæ tuæ;
eámque secúndum voluntátem
tuam pacifi cáre et coadunáre dignéris. Qui vivis et regnas
in sæ´cula sæculórum.
Signore Gesù Cristo, che hai detto ai tuoi apostoli: “Vi
lascio la pace, vi do la mia pace”,
non guardare ai nostri peccati, ma alla fede della tua Chiesa,
e donale unità e pace secondo la tua volontà.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
Qui vivis et regnas in
sæ´cula sæculórum
Tu che vivi e regni
nei secoli dei secoli.
El pueblo responde:
Amén.
El sacerdote, extendiendo y
juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con vosotros.
Pax Dómini sit semper vobíscum.
La pace del Signore sia sempre con voi.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
E con il tuo spirito.
Luego, si se juzga oportuno, el
diácono, o el sacerdote, añade:
Daos fraternalmente la paz.
O bien:
Como hijos de Dios, intercambiad
ahora
un signo de comunión fraterna.
O bien:
En Cristo, que nos ha hecho
hermanos con su
cruz,
daos la paz como signo de
reconciliación.
O bien:
En el Espíritu de Cristo
resucitado,
daos fraternalmente la paz.
Y todos, según la costumbre del
lugar, se dan la paz. El sacerdote da la paz al diácono o al ministro.
Después toma el pan consagrado, lo
parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el cáliz, diciendo en
secreto:
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor
Jesucristo,
unidos en este cáliz,
sean para nosotros
alimento de vida eterna.
Mientras tanto se canta o se dice:
Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo,
danos la paz.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi:
miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi:
miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi:
dona nobis pacem
Agnello
di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Agnello
di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Si la fracción del pan se prolonga,
el canto precedente puede repetirse varias veces. La última vez se dice: danos
la paz.
A continuación el sacerdote, con
las manos juntas, dice en secreto:
Señor Jesucristo, Hijo de
Dios vivo,
que por voluntad del
Padre,
cooperando el Espíritu
Santo,
diste con tu muerte la
vida al mundo,
líbrame, por la recepción
de tu Cuerpo y de tu Sangre,
de todas mis culpas y de
todo mal.
Concédeme cumplir siempre
tus mandamientos
y jamás permitas que me
separe de ti.
O bien:
Señor Jesucristo, la
comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mí un motivo
de juicio y condenación,
sino que, por tu piedad,
me aproveche para defensa
de alma y cuerpo
y como remedio saludable.
El sacerdote hace genuflexión, toma
el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo muestra
al pueblo, diciendo:
Éste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit
peccáta mundi. Beáti qui ad cenam
Agni vocáti sunt.
Beati gli invitati alla Cena del
Signore. Ecco l’Agnello di Dio,
che toglie i peccati del mondo.
Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
Dómine, non
sum dignus ut
intres sub
tectum meum: sed
tantum dic verbo, et sanábitur
ánima mea.
O Signore, non sono degno
di partecipare alla tua mensa:
ma di’ soltanto una parola e io
sarò salvato.
El sacerdote dice en secreto:
El Cuerpo de Cristo me
guarde para la vida eterna.
Y comulga reverentemente el Cuerpo
de Cristo.
Después toma el cáliz y dice en
secreto:
Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.
Después toma la patena o la píxide,
se acerca a los que quieren comulgar y les presenta el pan consagrado,
que sostiene un poco elevado, diciendo a cada uno de ellos:
El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar responde:
Amén.
El diácono y los ministros que
distribuyen la Eucaristía
observan los mismos ritos.
Si se comulga bajo las dos
especies, se observa el rito descrito en su lugar. (Instr. Gen. n. 240-252).
Cuando el sacerdote comulga el
Cuerpo de Cristo, comienza el canto de comunión.
Acabada la comunión, el diácono, el
acólito, o el mismo sacerdote, purifica la patena sobre el cáliz y también el
mismo cáliz, a no ser que se prefiera purificarlo en la credencia después de la
misa.
Si el sacerdote hace la
purificación, dice en secreto:
Haz, Señor,
que recibamos con un
corazón limpio
el alimento que acabamos
de tomar,
y que el don que nos
haces en esta vida nos aproveche para la eterna.
Después el sacerdote puede ir a la
sede. Si se juzga oportuno, se pueden guardar unos momentos de silencio o
cantar un salmo o cántico de alabanza.
Luego, de pie en la sede o en el
altar, el sacerdote dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote,
oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se haya
hecho antes.
Después el sacerdote, con las manos
extendidas, dice la oración después de la comunióñ.
POSTCOMMUNIO
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
ORAZIONE
DOPO LA COMUNIONE
ORATIO POST COMMUNIONEM
Te
damos gracias, Padre, por la eucaristía que nos ha alimentado; imploramos tu
misericordia para que, por el Espíritu Santo, quienes recibimos la fuerza de lo
alto perseveremos fielmente. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Grátias
tibi, Dómine, reférimus sacro múnere vegetáti, tuam cleméntiam implorántes, ut,
per infusiónem Spíritus tui, in quibus cæléstis virtus introívit, sinceritátis
grátia persevéret. Per Christum.
Ti ringraziamo dei tuoi doni, o
Padre; la forza dello Spirito Santo, che ci hai comunicato in questi
sacramenti, rimanga in noi e trasformi tutta la nostra vita. Per Cristo nostro
Signore.
La oración después de la comunión
termina con la conclusión breve.
Si la oración se dirige al Padre:
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Si la oración se dirige al Padre,
pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
Si la oración se dirige al Hijo:
Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
Oratio
Super Populum
Inclinaos para recibir la
bendición.
Luego, el sacerdote,
extendidas las manos sobre el pueblo, dice la bendición.
Todos responden: Amen.
RITUS
CONCLUSIONIS
RITO DE CONCLUSION
En este momento se hacen, si es necesario y con
brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.
El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
Il Signore sia con
voi.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
E con il tuo spirito.
El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y
Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
Benedícat
vos omnípotens Deus,Pater, et Fílius, ✠ et
Spíritus Sanc tus.
Vi
benedica Dio onnipotente, Padre e Figlio ✠ e Spirito
Santo.
El pueblo responde:
Amén.
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