Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

viernes, 12 de julio de 2013

Murales con escritos de Santa Teresa de los Andes. Santuario de Santa Teresa de los Andes. Chile

13 de Julio
SANTA TERESA DE LOS ANDES, VIRGEN


Oración sobre las ofrendas

Te pedimos, Padre, que te dignes santificar estas ofrendas y, por la intercesión de santa Teresa de Jesús (de los
Andes) que se ofreció a ti con Cristo como oblación de propiciación y de alabanza, concede a tu pueblo los dones de la perfecta reconciliación y de la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.






Madre mía, sé Tu mi Madre. Acuérdate que me he dado a Ti. Guárdame pura. Me pongo en tus brazos maternales para que Tú me coloques en los de Jesús.  Me abandono a El. Que se haga su santa voluntad.

Diario año 1917












Sé que, si voy al Carmen, será para sufrir. Más el sufrimiento no me es desconocido. En él encuentra mi alegría, pues en la cruz se encuentra Jesús, y Él es amor. Y ¿qué importa sufrir cuando se ama?. La vida de una carmelita es sufrir, amar y orar. Y en esto encuentro todo mi ideal. Mi Jesús me ha enseñado desde chica estas tres cosas.
Diario año 1917


¡Qué placer siento al vivir otra vez en la casa de Jesús! Lo tengo tan cerquita. A cada instante vuela mi espíritu a los pies del Tabernáculo. 
Diario año 1917


Jesús, soy toda tuya. Me entrego por completo a tu divina voluntad. Dame la cruz, pero dame fortaleza para llevarla. No importa que me des el abandono del calvario como el gozo de Nazaret. Quiero sólo verte contento a ti. Nada me importa no sentir, estar insensible como una piedra, porque sé que Tu sabes que yo  te amo. Dame la cruz. Quiero sufrir por ti; pero
Quiero pasar mi vida sufriendo para reparar mis pecados y los de los pecadores; para que se santifiquen lo sacerdote. No quiero ser feliz yo, sino que Tú seas feliz. Quiero ser soldado  para que dispongas a cada instante de mi voluntad y gustos


No comulgo pero estoy en la cruz, y con ella está Jesusito. Vivo, pues, en permanente comunión.
Diario año 1917



































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