16
de Julio
NUESTRA
SEÑORA DEL CARMEN
Patrona de
Chile
Antífona
de entrada (para Chile)
Con
gran alegría en el Señor, celebremos todos la solemnidad de nuestra Señora del
Carmen, Madre y Reina de Chile, en la que se alegran también los ángeles, alabando
al Hijo de Dios.
Gloria.
Oración
colecta (para Chile)
Dios
omnipotente, estos hijos tuyos nos alegramos de tener como Protectora a la
Santísima Virgen del Carmen, Madre y Reina de esta Patria nuestra; concédenos
por su materna intercesión, la concordia y la justicia, y sus frutos de
verdadera paz y prosperidad.
Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Lectura
del libro de Judith
13, 18-20a; 15, 8-10
En aquellos días, el magistrado Ozías le dijo a Judit:
Que Dios Altísimo te bendiga, hija mía más que a todas las mujeres de la tierra; ¡Y bendito sea el Señor Dios, Creador del cielo y de la tierra, que te ha guiado para cortar la cabeza del jefe de nuestros enemigos!
Nunca olvidarán los hombres la confianza que has demostrado, y siempre recordarán el poder de Dios.
Que Dios te exalte para siempre, favoreciéndote con sus dones.
El sumo sacerdote, Joaquín, y los Ancianos del pueblo de Israel que habitaban en Jerusalén vinieron para contemplar los beneficios con que el Dios había colmado a Israel, y también para ver a Judit y saludarla. Al verla, todos a una, la elogiaron y le dijeron:
¡Tú eres la gloria de Jerusalén,
el gran orgullo de Israel, el insigne honor de nuestra raza!
¡Que el Señor Todopoderoso te bendiga para siempre!
Y todo el pueblo dijo: ¡Amén!
13, 18-20a; 15, 8-10
En aquellos días, el magistrado Ozías le dijo a Judit:
Que Dios Altísimo te bendiga, hija mía más que a todas las mujeres de la tierra; ¡Y bendito sea el Señor Dios, Creador del cielo y de la tierra, que te ha guiado para cortar la cabeza del jefe de nuestros enemigos!
Nunca olvidarán los hombres la confianza que has demostrado, y siempre recordarán el poder de Dios.
Que Dios te exalte para siempre, favoreciéndote con sus dones.
El sumo sacerdote, Joaquín, y los Ancianos del pueblo de Israel que habitaban en Jerusalén vinieron para contemplar los beneficios con que el Dios había colmado a Israel, y también para ver a Judit y saludarla. Al verla, todos a una, la elogiaron y le dijeron:
¡Tú eres la gloria de Jerusalén,
el gran orgullo de Israel, el insigne honor de nuestra raza!
¡Que el Señor Todopoderoso te bendiga para siempre!
Y todo el pueblo dijo: ¡Amén!
Salmo
responsorial
Jdt 16, 13-17
Ant: ¡Alabado sea Dios, el Señor!
Cantaré a mi Dios un canto nuevo:
Señor, Tú eres grande y glorioso,
admirable por tu poder e invencible.
Jdt 16, 13-17
Ant: ¡Alabado sea Dios, el Señor!
Cantaré a mi Dios un canto nuevo:
Señor, Tú eres grande y glorioso,
admirable por tu poder e invencible.
R
Que te sirvan todas las criaturas,
pues Tú lo dijiste y fueron hechas,
enviaste tu Espíritu y Él las formó.
R
Las montañas y las aguas se sacudirán desde sus cimientos,
las rocas se derretirán como cera en tu presencia,
pero Tú siempre te muestras propicio
con aquéllos que te temen.
R
Poco vale un sacrificio de aroma agradable
y menos aún toda la grasa ofrecida en holocausto.
Pero el que teme al Señor será grande para siempre.
R
Lectura
de la primera carta del apóstol San Pablo a Timoteo 2, 1-8
Querido hijo:
Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y tranquilidad, llevar una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo, hombre Él también, que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este es el testimonio que Él dio a su debido tiempo, y del cual fui constituido heraldo y apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad y no miento.
Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones.
R./ Te alabamos, Señor.
Aleluya
Aleluya
¿Bendita eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre!
Aleluya
+ Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan 19, 25-27
Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la Madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora el discípulo la recibió como suya.
Querido hijo:
Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y tranquilidad, llevar una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo, hombre Él también, que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este es el testimonio que Él dio a su debido tiempo, y del cual fui constituido heraldo y apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad y no miento.
Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones.
R./ Te alabamos, Señor.
Aleluya
Aleluya
¿Bendita eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre!
Aleluya
+ Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan 19, 25-27
Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la Madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora el discípulo la recibió como suya.
Palabra del Señor
O bien:
+ Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan 2,1-11
En aquel tiempo, se celebraron unas bodas en Caná de Galilea. La madre de Jesús se hallaba allí. También fue invitado a las bodas Jesús con sus discípulos. El vino se acabó y la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
Jesús respondió:
Mujer: ¡cómo me pides eso…! Aún no ha llegado mi hora.
Su madre dijo a los sirvientes:
-Haced todo lo que él les diga.
Había allí seis tinajas de las que sirven para los ritos de la purificación de los judíos, de unos cien litros de capacidad cada una.
Jesús indico a los sirvientes:
Llenad de agua estas tinajas.
Y las llenaron hasta el borde.
- Sacad ahora, les dijo, y llevadlo al mayordomo para que lo pruebe. Y ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua cambiada en vino, sin saber de dónde lo habían sacado; los sirvientes, sí que lo sabían, pues habían sacado el agua. Llamó al esposo y le dijo:
- Todo el mundo sirve al principio el vino mejor, y cuando todos han bebido bastante, se sirve un vino inferior; pero tú has dejado el mejor vino para el final.
Este fue el principio de las señales milagrosas que hizo Jesús. Lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.
Palabra del Señor
LITURGIA
EUCARISTICA
Oración
sobre las ofrendas (para Chile)
Recibe,
Señor, los frutos de nuestra tierra y del trabajo de este pueblo que se acoge a
la protección de la Madre de tu Hijo, la Virgen del Carmen; haz que la ofrenda
de estos dones, por la intercesión de nuestra Protectora, nos una más y más en
el misterio de Cristo, tu Hijo y nuestro Redentor, que vive y reina contigo por
los siglos de los siglos.
COMUNION
Oración
después de la comunión
Hemos
recibido, Padre, en esta celebración de la Virgen del Carmen, la Palabra y el
Cuerpo de tu Hijo; concédenos, con estos auxilios y con la protección de María,
alcanzar en la gloria de tu Reino
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