Cuando voy
a la Eucaristía, ¿ a quién me parezco? A María o Marta. ¿Acojo la Palabra de
Dios en mi corazón, o estoy mirando el reloj  permanentemente  porque ya no doy más? ¿Me gusta lo que me están
diciendo? ¿Me siento identificado con ello? ¿Es para mí alimento para que yo
pueda vivir  mi fe a lo largo de la
semana? Si o no.  La palabra de Dios es
actual y actuante y no pasa de largo, y quiere dejar algo en nuestro interior.
Y si yo me confieso como lo hago  en el
Credo: Yo Creo en Dios Padre Todopoderoso, 
Creo en Jesús, en la Iglesia.
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