María
es Madre de Aquel que es "gloria de su pueblo Israel" y "luz
para alumbrar a las naciones", pero también "signo de
contradicción" (cf. Lc 2, 32. 34). Y a ella misma la
espada del dolor le traspasará su alma inmaculada, mostrando así que su papel
en la historia de la salvación no termina en el misterio de la Encarnación,
sino que se completa con la amorosa y dolorosa participación en la muerte y
resurrección de su Hijo. Al llevar a su Hijo a Jerusalén, la Virgen Madre lo
ofrece a Dios como verdadero Cordero que quita el pecado del mundo; lo pone en
manos de Simeón y Ana como anuncio de redención; lo presenta a todos como luz
para avanzar por el camino seguro de la verdad y del amor.
HOMILÍA DEL SANTO
PADRE BENEDICTO XVI
DURANTE LA MISA EN LA FIESTA
DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
Jornada de la vida consagrada
Jueves 2 de febrero de 2006
DURANTE LA MISA EN LA FIESTA
DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
Jornada de la vida consagrada
Jueves 2 de febrero de 2006
Extracto
En la liturgia, Jesús ora con nosotros, nosotros
oramos con Jesús
El
Señor nos da su mano, nos levanta y nos cura. Y lo hace en todos los siglos;
nos toma de la mano con su palabra, y así disipa la niebla de las ideologías,
de las idolatrías. Nos toma de la mano en los sacramentos, nos cura de la fiebre
de nuestras pasiones y de nuestros pecados mediante la absolución en el
sacramento de la Reconciliación. Nos da la capacidad de levantarnos, de estar
de pie delante de Dios y delante de los hombres. Y precisamente con este
contenido de la liturgia dominical el Señor se encuentra con nosotros, nos toma
de la mano, nos levanta y nos cura siempre de nuevo con el don de su palabra,
con el don de sí mismo.
En
la liturgia, Jesús ora con nosotros, nosotros oramos con Jesús, y así entramos
en contacto real con Dios, entramos en el misterio del amor eterno de la
santísima Trinidad.
HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
DURANTE LA MISA CELEBRADA EN LA PARROQUIA DE SANTA ANA
El Vaticano, domingo 5 de febrero de 2006
DURANTE LA MISA CELEBRADA EN LA PARROQUIA DE SANTA ANA
El Vaticano, domingo 5 de febrero de 2006
Extracto
A los gestos exteriores debe corresponder siempre la sinceridad del alma y la coherencia de las obras.
Otro rito simbólico, gesto propio y exclusivo del primer día
de Cuaresma, es la imposición de la
ceniza. ¿Cuál es su significado más hondo? Ciertamente, no se trata de un
mero ritualismo, sino de algo más profundo, que toca nuestro corazón. Nos ayuda
a comprender la actualidad de la advertencia del profeta Joel, que recoge la
primera lectura, una advertencia que conserva también para nosotros su validez
saludable: a los gestos exteriores debe corresponder siempre la
sinceridad del alma y la coherencia de las obras.
HOMILÍA DEL SANTO
PADRE BENEDICTO XVI
DURANTE LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
EN LA BASÍLICA DE SANTA SABINA EL MIÉRCOLES DE CENIZA
1 de marzo de 2006
DURANTE LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
EN LA BASÍLICA DE SANTA SABINA EL MIÉRCOLES DE CENIZA
1 de marzo de 2006
Extracto
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