miércoles, 27 de febrero de 2013

En la liturgia, Jesús ora con nosotros, nosotros oramos con Jesús


 María es Madre de Aquel que es "gloria de su pueblo Israel" y "luz para alumbrar a las naciones", pero también "signo de contradicción" (cf. Lc 2, 32. 34). Y a ella misma la espada del dolor le traspasará su alma inmaculada, mostrando así que su papel en la historia de la salvación no termina en el misterio de la Encarnación, sino que se completa con la amorosa y dolorosa participación en la muerte y resurrección de su Hijo. Al llevar a su Hijo a Jerusalén, la Virgen Madre lo ofrece a Dios como verdadero Cordero que quita el pecado del mundo; lo pone en manos de Simeón y Ana como anuncio de redención; lo presenta a todos como luz para avanzar por el camino seguro de la verdad y del amor. 


HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI 
DURANTE LA MISA EN LA FIESTA
 
DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
Jornada de la vida consagrada
Jueves 2 de febrero de 2006
Extracto


En la liturgia, Jesús ora con nosotros, nosotros 

oramos con Jesús


El Señor nos da su mano, nos levanta y nos cura. Y lo hace en todos los siglos; nos toma de la mano con su palabra, y así disipa la niebla de las ideologías, de las idolatrías. Nos toma de la mano en los sacramentos, nos cura de la fiebre de nuestras pasiones y de nuestros pecados mediante la absolución en el sacramento de la Reconciliación. Nos da la capacidad de levantarnos, de estar de pie delante de Dios y delante de los hombres. Y precisamente con este contenido de la liturgia dominical el Señor se encuentra con nosotros, nos toma de la mano, nos levanta y nos cura siempre de nuevo con el don de su palabra, con el don de sí mismo. 

En la liturgia, Jesús ora con nosotros, nosotros oramos con Jesús, y así entramos en contacto real con Dios, entramos en el misterio del amor eterno de la santísima Trinidad. 


HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
DURANTE LA MISA CELEBRADA EN LA PARROQUIA DE SANTA ANA
El Vaticano, domingo 5 de febrero de 2006 
Extracto


A los gestos exteriores debe corresponder siempre la sinceridad del alma y la coherencia de las obras. 






Otro rito simbólico, gesto propio y exclusivo del primer día de Cuaresma, es la imposición de la ceniza. ¿Cuál es su significado más hondo? Ciertamente, no se trata de un mero ritualismo, sino de algo más profundo, que toca nuestro corazón. Nos ayuda a comprender la actualidad de la advertencia del profeta Joel, que recoge la primera lectura, una advertencia que conserva también para nosotros su validez saludable:  a los gestos exteriores debe corresponder siempre la sinceridad del alma y la coherencia de las obras. 



HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI 
DURANTE LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
 
EN LA BASÍLICA DE SANTA SABINA EL MIÉRCOLES DE CENIZA
1 de marzo de 2006
Extracto





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