MIÉRCOLES 13 Ceniza. Morado
ANTÍFONA DE ENTRADA
Cfr. Sab 11, 23. 24. 26
Señor, tú eres
misericordioso con todos y no aborreces
nada de lo que has hecho, cierras los
ojos a los pecados de los hombres para
que se arrepientan y los perdonas, porque tú eres el Señor, nuestro Dios.
Se omite el acto penitencial, ya que en esta celebración es sustituido por la imposición
de la ceniza.
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro,
concédenos iniciar con el santo ayuno
cuaresmal un camino de verdadera conversión y de afrontar con la penitencia la
lucha contra el espíritu del mal. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios,
por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA
PALABRA
1ª LECTURA Jl 2, 12-18
Lectura de la profecía de Joel.
Ahora dice el Señor: Vuelvan a mí de todo corazón, con
ayuno, llantos y lamentos. Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan
al Señor, su Dios, porque Él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico
en amor, y se arrepiente de sus amenazas. ¡Quién sabe si Él no se volverá atrás
y se arrepentirá, y dejará detrás de sí una bendición: la ofrenda y la libación para el Señor, su
Dios! ¡Toquen la trompeta en Sión, prescriban un ayuno, convoquen a una reunión
solemne, reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a los ancianos,
reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Que el recién casado salga de su
alcoba y la recién casada de su lecho nupcial! Entre el vestíbulo y el altar
lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan: «¡Perdona,
Señor, a tu pueblo, no entregues tu herencia al oprobio, y que las naciones no
se burlen de ella! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su
Dios?». El Señor se llenó de celos por su tierra y se compadeció de su pueblo.
Palabra de Dios
SALMO Sal 50, 3-6. 12-14. 17
R. ¡Ten piedad, Señor, porque hemos pecado!
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran
compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi
pecado!
R.
Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado esta
siempre ante mí. Contra ti, contra ti solo pequé e hice lo que es malo a tus
ojos.
R.
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la
firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu
santo espíritu.
R.
Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu
generoso me sostenga. Abre mis labios, Señor, y mi boca
proclamará tu alabanza.
R.
2ª LECTURA 2Cor 5, 20—6, 2
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a
los cristianos de Corinto.
Hermanos: Nosotros somos embajadores de Cristo, y es
Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos
en nombre de Cristo: déjense reconciliar con Dios. A Aquel que no conoció el
pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros
seamos justificados por Él. Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a
no recibir en vano la gracia de Dios. Porque Él nos dice en la Escritura: “En
el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí”. Éste
es el tiempo favorable, éste es el día de la salvación.
Palabra de Dios
VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO
Cfr. Sal 94, 8. 7
No endurezcan su corazón, sino escuchen la voz del
Señor.
EVANGELIO Mt 6, 1-6. 16-18
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de no
practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario,
no recibirán ninguna recompensa delPadre de ustedes que está en el cielo. Por
lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen
los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los
hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna,
que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede
en secreto; y tu Padre, que
ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los
hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de
las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su
recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está
en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como
hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que
ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio,
cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea
conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre,
que ve en lo secreto, te recompensará.
Palabra del Señor.
HOMILIA
BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DE LA CENIZA
Después de la homilía el sacerdote, de pie,
con las manos juntas dice:
Queridos hermanos: oremos a Dios, nuestro Padre, para
que se digne bendecir con su gracia estas cenizas que vamos a imponer sobre
nuestras cabezas en señal de penitencia Y después de
una breve oración en silencio, prosigue con las manos extendidas:
Dios nuestro, que te conmueves ante quienes se
humillan y hacen penitencia, escucha con bondad nuestra súplica y derrama la
gracia † de tu bendición sobre estos hijos tuyos que van a recibir las cenizas,
para que sean fieles a las prácticas cuaresmales y así lleguen a celebrar, con
un corazón puro, el misterio pascual de tu Hijo. Que vive y reina por los
siglos de los siglos.
R. Amén.
O bien:
Señor y Dios nuestro, que no quieres la muerte del
pecador sino que se arrepienta, escucha con bondad nuestra oración y
bendice † estas cenizas que vamos a
imponer sobre nuestras cabezas, reconociendo que somos polvo y al polvo hemos
de volver, y concédenos, por medio de las prácticas cuaresmales, el perdón de
nuestros pecados y la vida nueva a imagen de tu Hijo resucitado. Que vive y
reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Y rocía con agua bendita las cenizas, sin
decir nada.
Seguidamente, todos los fieles se acercan al
sacerdote que impone la ceniza sobre ellos; a cada uno le dice:
Conviértete y cree en el Evangelio.
(Cfr. Mc 1, 15)
O bien:
Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás.
(Cfr. Gn 3, 19)
Mientras tanto se canta
No se dice Credo.
LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte el sacrificio con el que iniciamos
solemnemente la Cuaresma, te pedimos, Señor, que por las obras de penitencia y
caridad, dominemos nuestras pasiones y, limpios de pecado, podamos celebrar con
fervor la Pasión de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalécenos, Señor Dios, con los sacramentos
recibidos para que nuestro ayuno sea agradable a tus ojos y cure todos nuestros
males. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
(facultativa)
El sacerdote con las manos extendidas sobre el pueblo, dice la siguiente oración de despedida:
Infunde el espíritu de arrepentimiento sobre los que
se inclinan ante ti, Dios nuestro, para que merezcan conseguir, por tu misericordia, los premios prometidos a los que hacen
penitencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La bendición e imposición de las cenizas puede hacerse también fuera de la Misa. En este caso precede una liturgia de la palabra, utilizando la antífona de entrada, la oración colecta, las lecturas con sus cantos, como en la Misa. Sigue después
la homilía y la bendición e imposición de las cenizas.
El rito concluye con la oración universal, la bendición y la despedida.
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