miércoles, 27 de marzo de 2013

La preparación y celebración de las fiestas pascuales. La misa vespertina del Jueves Santo en la Cena del Señor


La preparación y celebración de las fiestas pascuales
Carta circular dada en la sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
16 de enero de 1988.

III. Del Triduo Pascual en general


38. La Iglesia celebra cada año los grandes misterios de la redención de los hombres desde la Misa vespertina del jueves en la Cena del Señor "hasta las Vísperas del domingo de Resurrección". Este período de tiempo se denomina justamente el "Triduo del crucificado, sepultado y resucitado" 42 ; se llama también "Triduo pascual" porque en su celebración se hace presente y se realiza el misterio de la Pascua, es decir el tránsito del Señor de este mundo al Padre. En esta celebración del misterio, por medio de los signos litúrgicos y sacramentales la Iglesia se une en íntima comunión con Cristo, su Esposo.

39. Es sagrado el ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo, en los cuales, según una antigua tradición, la Iglesia ayuna "porque el Esposo ha sido arrebatado" 43. El Viernes Santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes la abstinencia, y se recomienda que se observe también durante el Sábado santo, a fin de que la Iglesia pueda llegar con el espíritu ligero y abierto a la alegría del domingo de Resurrección 44 .

40. Se encarece vivamente la celebración en común del Oficio de Lectura y Laudes de la mañana del Viernes de la Pasión del Señor y también del sábado santo. Conviene que el obispo participe en esta celebración, en la catedral y, en cuanto sea posible, junto con el clero y el pueblo 45 .
Este Oficio, llamado antiguamente "de tinieblas", conviene que mantenga el lugar que le corresponde en la devoción de los fieles, como meditación y contemplación de la pasión, muerte y sepultura del Señor, en espera del anuncio de su resurrección.

41. Para la celebración adecuada del Triduo pascual se requiere un número conveniente de ministros y colaboradores, que han de ser instruidos cuidadosamente acerca de lo que ellos han de hacer. Los pastores no dejen de explicar a los fieles del mejor modo posible el significado y la estructura de las celebraciones, preparándoles a una participación activa y fructuosa.

42. Tiene una importancia especial en las celebraciones de la Semana Santa y, especialmente durante el Triduo pascual, el canto del pueblo, de los ministros y del sacerdote celebrante, porque es concorde a la solemnidad de dichos días y también porque los textos adquieren toda su fuerza precisamente cuando son cantados.
Se invita a las Conferencias de Obispos, en el caso en que no lo hubiesen ya hecho, que tomen las medidas necesarias para dotar de melodías adecuadas a los textos y aclamaciones que, por su misma naturaleza, reclaman ser cantados. Dichos textos son:
a) la oración universal del Viernes Santo de la Pasión del Señor; la invitación del diácono, si la hace, o la aclamación del pueblo;
b) los cantos durante la ostensión y adoración a la Cruz;
c) las aclamaciones durante la procesión con el cirio pascual y las del pregón pascual, el "Aleluya"responsorial, las letanías de los santos y la aclamación que sigue a la bendición del agua.
No se omitan con facilidad los textos litúrgicos de los cantos para la participación del pueblo; procúrese que las traducciones de los mismos sean provistas de melodías adecuadas. Si dichos textos no están todavía disponibles para ser cantados, provisionalmente escójanse textos semejantes.
Prepárese un repertorio propio para estas celebraciones, a ser utilizado únicamente en las mismas.

Propónganse especialmente:
a) los cantos para la bendición y procesión de ramos, y para la entrada en la iglesia;
b) los cantos para la procesión con los santos óleos;
c) los cantos para la procesión de preparación de las ofrendas en la Misa "en la Cena del Señor", y el himno para la procesión del traslado del Santísimo Sacramento a la capilla de la reserva;
d) las respuestas de los salmos responsoriales de la Vigilia pascual y los cantos que acompañan la aspersión del agua.
Prepárense también melodías adecuadas que faciliten el canto de los textos de la Pasión, del pregón pascual y de la bendición del agua bautismal.
En las iglesias importantes utilícese también el abundante tesoro de música sagrada antigua y moderna; téngase en cuenta, sin embargo, la necesidad de una adecuada participación de los fieles.

43. Es muy conveniente que las comunidades religiosas, clericales o no, así como las comunidades laicales, participen en las celebraciones del Triduo pascual en las iglesias más importantes 46.
Igualmente no se celebren los oficios del Triduo pascual en aquellos lugares donde falte el número suficiente de participantes, ministros y cantores; y procúrese que los fieles se reúnan para participar en las mismas en una iglesia más importante.

También cuando un único presbiterio es responsable de diversas parroquias, conviene que los fieles de las mismas, en cuanto sea posible, se reúnan en la iglesia principal para participar en estas celebraciones.

Si un párroco tiene encomendadas dos o más parroquias en las cuales hay una notable participación de fieles y las celebraciones pueden realizarse con la debida reverencia y solemnidad, para bien de los mismos fieles el párroco puede repetir, teniendo en cuenta lo previsto por la legislación, las celebraciones del Triduo pascual 47 .

A fin de que los alumnos de los Seminarios "vivan el misterio pascual de Cristo de manera que sepan después comunicarlo a la comunidad que se les confiará" 48 , deberán adquirir una formación litúrgica competente y completa. Es muy conveniente que, durante los años de su preparación en el seminario adquieran experiencia de más ricas y completas formas de celebración de las fiestas pascuales, especialmente de aquellas presididas por el obispo 49.

IV. La misa vespertina del Jueves Santo en la
Cena del Señor


44. "Con la Misa que tiene lugar en las horas vespertinas del jueves de la Semana Santa, la Iglesia comienza el Triduo pascual y evoca aquella última cena, en la cual el Señor Jesús en la noche en que iba a ser entregado, habiendo amado hasta el extremo a los suyos que estaban en el mundo, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino y los entregó a los apóstoles para que los sumiesen, mandándoles que ellos y sus sucesores en el sacerdocio también los ofreciesen" 50 .

45. Toda la atención del espíritu debe centrarse en los misterios que se recuerdan en la Misa: es decir, la institución de la Eucaristía, la institución del Orden sacerdotal, y el mandamiento del Señor sobre la caridad fraterna: son éstos los puntos que conviene recordar en la homilía.

46. La Misa "en la Cena del Señor" celébrese por la tarde, en la hora más oportuna para que participe plenamente toda la comunidad local. En ella pueden concelebrar todos los presbíteros, aunque hayan ya concelebrado en la Misa crismal, o deban celebrar una misa para bien de los fieles 51.



47. Donde verdaderamente lo exija el bien pastoral, el Ordinario del lugar puede permitir la celebración de otra Misa por la tarde en las iglesias u oratorios, y en caso de verdadera necesidad, incluso por la mañana, pero solamente para los fieles que de ningún modo pueden participar en la Misa vespertina. Cuídese que estas Misas no se celebren para favorecer a personas privadas o a grupos particulares y que no perjudiquen en nada la Misa principal.
Según una antiquísima tradición de la Iglesia en este día están prohibidas todas las Misas sin pueblo 52.

48. El sagrario ha de estar completamente vacío al iniciar la celebración 53. Se han de consagrar en esta Misa las hostias necesarias para la comunión de los fieles 54, y para que el clero y el pueblo puedan comulgar el día siguiente.

49. Para la reserva del Santísimo Sacramento prepárese una capilla, conveniente adornada, que invite a la oración y a la meditación; se recomienda no perder de vista la sobriedad y la austeridad que corresponden a la liturgia de estos días, evitando o erradicando cualquier forma de abuso 55.
Cuando el sagrario está habitualmente colocado en una capilla separada de la nave central, conviene que se disponga allí el lugar de la reserva y de la adoración.

50. Mientras se canta el himno "Gloria a Dios", de acuerdo con las costumbres locales, se hacen sonar las campanas, que ya no se vuelven a tocar hasta el "Gloria a Dios" de la Vigilia pascual, a no ser que la Conferencia de los Obispos o el Ordinario del lugar, juzguen oportuno establecer otra cosa 56.
Durante el mismo período de tiempo, el órgano y cualquier otra música instrumental pueden usarse sólo para mantener el canto 57.



51. El lavatorio de los pies, que, según la tradición, se hace en este día a algunos hombres previamente designados, significa el servicio y el amor de Cristo, que ha venido "no para ser servido, sino para servir" 58 . Conviene que esta tradición se mantenga y que se explique según su propio significado.



52. Los donativos para los pobres, especialmente aquellos que se han podido reunir durante la Cuaresma como fruto de la penitencia, pueden ser presentados durante la procesión de las ofrendas, mientras el pueblo canta "Ubi caritas est vera" 59.


53. Será muy conveniente que los diáconos, acólitos o ministros extraordinarios lleven la Eucaristía a la casa de los enfermos que lo deseen, tomándola del altar en el momento de la comunión, indicando de este modo su unión más intensa con la Iglesia que celebra.

54. Terminada la oración después de la comunión, comienza la procesión, precedida por la cruz en medio de cirios e incienso, en la que se lleva el Santísimo Sacramento por la iglesia hasta el lugar de la reserva. Mientras tanto, se canta el himno "Pange lingua" u otro canto eucarístico 60 . El traslado y la reserva del Santísimo Sacramento no han de hacerse si en esa iglesia no tendrá lugar la celebración de la Pasión del Señor, el Viernes Santo 61 .



55. El Sacramento ha de ser reservado en un sagrario o en una urna. No ha de hacerse nunca una exposición con la custodia u ostensorio.
El sagrario o la urna no han de tener la forma de un sepulcro. Evítese la misma expresión "sepulcro": la capilla de la reserva no se prepara para representar "la sepultura del Señor", sino para conservar el pan eucarístico destinado a la comunión del Viernes de la Pasión del Señor.


56. Invítese a los fieles a una adoración prolongada en la noche del Santísimo Sacramento en la reserva solemne, después de la Misa "en la Cena del Señor". En esta ocasión es oportuno leer una parte del Evangelio de San Juan (cap. 1317).
Pasada la media noche la adoración debe hacerse sin solemnidad, dado que ha comenzado ya el día dela Pasión del Señor 62.


57. Terminada la Misa se despoja el altar en el cual se ha celebrado. Conviene que las cruces que haya en la iglesia se cubran con un velo de color rojo o morado, a no ser que ya hayan sido cubiertas el sábado antes del V domingo de Cuaresma. No se encenderán velas o lámparas ante las imágenes de los santos.



Notas
42Cf. S. Congr. de Ritos, Decreto Maxima redemptionis nostrae mysteria (6 de noviembre 1955) AAS
47 (1955) 858. S. Agustín, Ep. 55, 24, Pl, 35, 215.
43Cf. Mc 2, 1920;
Tertuliano, De ieiunio 2 et 13, Corpus christianorum II, p. 1271.
44Cf. Caeremoniale episcoporum, n. 295; Conc. Vat. II, Const. sobre la Sagrada Liturgia Sacrosanctum
Concilium, n. 110.
45Cf. Ibidem, n. 296; Ordenación general de la Liturgia de las Horas, n. 210.
46Cf. S. Congr. De Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium, (25 de mayo 1967) n.26. AAS 59(1967) 558. N.B. En los monasterios de monjas la celebración del Triduo pascual se hará con lamáxima solemnidad posible en la iglesia del monasterio.
47S. Congregación de Ritos, Ordenaciones y declaraciones acerca el nuevo Ordo sobre la Semana santa,(1 febrero 1957) n.21; AAS 49 (1957) 9195.
48Conc. Vat. II, Decreto sobre la formación sacerdotal, Optatam totius, n. 8.
49Cf. S. Congregación para la educación católica, Instrucción sobre la formación litúrgica en losseminarios, (17 mayo 1979) nn.15, 33.
50Cf. Caeremoniale episcoporum, n. 297.
51Cf. Misal Romano, Misa vespertina de la Cena del Señor.
52Cf. Ibidem.
53Cf. Ibidem, n.1.
54Conc. Vat. II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia Sacrosanctum Concilium, n. 55; S.Congregación de Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium, (25 mayo 1967) n. 31. AAS 59 (1967)557558.
55S. Congregación de Ritos, Decreto Maxima redemptionis nostrae mysteria (16 noviembre 1955) n. 9,AAS 47 (1955) 895.
56Cf. Misal Romano, Misa vespertina en la Cena del Señor.
57Cf. Caeremoniale episcoporum, n. 300.
58Mt 20, 28.
59Cf. Caeremoniale episcoporum, n. 303.
60Cf. Misal Romano, Misa vespertina en la Cena del Señor, nn. 1516.
61Cf. S. Congregación de Ritos, Declaración del 15 marzo 1956, n. 3, AAS 48 (1956) 153; S.Congregación de Ritos, Ordenaciones y declaraciones acerca del nuevo Ordo de la Semana Santa, (1febrero 1957) n. 14; AAS 47 (1975) 93.
62Cf. Misal Romano, Misa vespertina en la Cena del Señor, n. 21; S.Congregación de Ritos, Maximaredemptionis nostrae mysteria (16 noviembre 1955) nn. 810AAS 47 (1955) 845.







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