LA HOMILÍA ESTÁ RESERVADA AL
SACERDOTE Y AL DIÁCONO
HOMILÍA
Anuncio oral del plan
salvífico, hecho por Cristo a través de la mediación de la Iglesia, para que
los hombres respondan vitalmente a la
exigencia que comporta.
La homilía está reservada al
sacerdote y al diácono (CIC 767,) por ser una función presidencial y parte de
la potestad del magisterio y de régimen.
Presidencia porque
está radicalmente orientada a la liturgia eucarística, cuya realización compete
exclusivamente al obispo y presbítero
· CIC 767 § 1. Entre las formas de
predicación destaca la homilía, que es parte de la misma liturgia y está reservada
al sacerdote o al diácono; a lo largo del año litúrgico, expónganse en ella,
partiendo del texto sagrado, los misterios de la fe y las normas de vida cristiana.
· § 2. En todas las Misas de los
domingos y fiestas de precepto que se celebran con concurso del pueblo, debe
haber homilía, y no se puede omitir sin causa grave.
· § 3. Es muy aconsejable que, si hay
suficiente concurso de pueblo, haya
homilía también en las Misas que se celebren entre semana, sobre todo en el
tiempo de adviento y de cuaresma, o con ocasión de una fiesta o de un
acontecimiento luctuoso.
(CODIGO DE DERECHO CANONICO CIC)
DE LA INSTRUCCIÓN
REDEMPTIONIS SACRAMENTUM CONGREGACIÓN
PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS
Sobre
algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía
(25 de
marzo del 2004.)
[64.]
La homilía, que se hace en el curso de la celebración de la santa Misa y es
parte de la misma Liturgia,[142] «la hará, normalmente, el mismo
sacerdote celebrante, o él se la encomendará a un sacerdote concelebrante, o a
veces, según las circunstancias, también al diácono, pero nunca a un laico.[143] En casos particulares y por justa
causa, también puede hacer la homilía un obispo o un presbítero que está
presente en la celebración, aunque sin poder concelebrar».[144]
[65.]
Se recuerda que debe tenerse por abrogada, según lo prescrito en el canon 767 §
1, cualquier norma precedente que admitiera a los fieles no ordenados para
poder hacer la homilía en la celebración eucarística.[145] Se reprueba esta concesión, sin
que se pueda admitir ninguna fuerza de la costumbre.
[66.]
La prohibición de admitir a los laicos para predicar, dentro de la celebración
de la Misa, también es válida para los alumnos de seminarios, los estudiantes
de teología, para los que han recibido la tarea de «asistentes pastorales» y
para cualquier otro tipo de grupo, hermandad, comunidad o asociación, de
laicos.[146]
notas
[142] Cf. Código
de Derecho Canónico, c. 767 § 1.
(143)Cf. MISSALE
ROMANUM, Institutio Generalis, n. 66; cf. también Código de Derecho
Canónico, c. 6 §§ 1, 2; y c. 767 § 1, a lo que se refiere también la ya
citada CONGR. CLERO y otras, Instr., Ecclesiae de mysterio,
Disposiciones Prácticas, art. 3 § 1: AAS 89 (1997) p. 865.
[144] MISSALE ROMANUM, Institutio Generalis, n. 66;
cf. también Código de Derecho Canónico, c. 767 § 1.
[145] Cf. CONGR. CLERO y otras, Instr., Ecclesiae
de mysterio, Disposiciones Prácticas, art. 3 § 1: AAS 89 (1997) p. 865; cf.
también Código de Derecho Canónico, c. 6 §§ 1, 2; PONT. COMISIÓN
PARA LA INTERP. AUTÉNTICA DEL COD. DER. CANÓNICO, Respuesta ad propositum
dubium, día 20 de junio de 1987: AAS 79 (1987) p. 1249.
[146] Cf. CONGR. CLERO y otras, Instr., Ecclesiae
de mysterio, Disposiciones Prácticas, art. 3 § 1: AAS 89 (1997) pp.
864-865.
DE LA INSTRUCCION SOBRE ALGUNAS CUESTIONES ACERCA DE LA COLABORACION DE LOS FIELES LAICOS EN EL SAGRADO MINISTERIO DE LOS SACERDOTES
Ecclesiae de mysterio
|
Del Vaticano, 15 Agosto 1997.
|
La homilia
§ 1. La
homilía, forma eminente de predicación « qua per anni liturgici cursum ex
textu sacro fidei mysteria et normae vitae christianae exponuntur »,(68) es
parte de la misma liturgia.
Por tanto,
la homilía, durante la celebración de la Eucaristía, se debe reservar al
ministro sagrado, sacerdote o diácono.(69) Se excluyen los fieles no
ordenados, aunque desarrollen la función llamada « asistentes pastorales » o
catequistas, en cualquier tipo de comunidad o agrupación. No se trata, en
efecto, de una eventual mayor capacidad expositiva o preparación teológica,
sino de una función reservada a aquel que es consagrado con el Sacramento del
Orden, por lo que ni siquiera el Obispo diocesano puede dispensar de la norma
del canón,(70) dado que no se trata de una ley meramente disciplinar, sino de
una ley que toca las funciones de enseñanza y santificación estrechamente
unidas entre si.
No se
puede admitir, por tanto, la praxis, en ocasiones asumida, por la cual se
confía la predicación homilética a seminaristas estudiantes de teología, aún
no ordenados.(71) La homilía no puede, en efecto, considerarse como una
práctica para el futuro ministerio.
Se debe
considerar abrogada por el can. 767, § 1 cualquier norma anterior que haya
podido admitir fieles no ordenados a pronunciar la homilia durante la
celebración de la Santa Misa.(72)
|
Notas
68) Conc. Ecum. Vat. II,
Const. dogm. Sacrosanctum Concilium, n. 52; cfr. C.I.C., can.
767, §, 1.
(69) Cfr. Juan Pablo II, Exhort. ap. Catechesi
tradendae (16 octubre 1979), n. 48: AAS 71 (1979),
pp. 1277-1340; Pontificia Comisión para la interpretacion de los Decretos del
Concilio Vaticano II,Respuesta (11 enero 1971): AAS 63
(1971), p. 329; Sagrada Congregación para el Culto Divino, Instrucción Actio
pastoralis (15 mayo 1969), n. 6d: ASS 61 (1969), p.
809; Institutio Generalis Missalis Romani (26 marzo 1970),
nn. 41; 42; 165; Instrución Liturgicae instaurationes (15
septiembre 1970), n. 2a: AAS 62 (1970), p. 696; Sagrada
Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino, Instrución Inaestimabile
donum, n. 3: AAS 72 (1980), p. 331.
(70) Pontificia Comisión para la interpretación
auténtica del Código de Derecho Canónico, Respuesta (20 junio 1987): AAS 79
(1987), p. 1249.
(71) Cfr. C.I.C.,
can. 266, § 1.
(72) Cfr. ibid. can.
6, § 1, 2.
INSTRUCCIÓN
GENERAL DEL MISAL ROMANO)
Homilía
65. La homilía es parte de la Liturgia y es muy recomendada,[63] pues
es necesaria para alimentar la vida cristiana. Conviene que sea una explicación
o de algún aspecto de las lecturas de la Sagrada Escritura, o de otro texto del
Ordinario, o del Propio de la Misa del día, teniendo en cuenta, sea el misterio
que se celebra, sean las necesidades particulares de los oyentes.[64]
66. La homilía la hará de ordinario el mismo sacerdote celebrante, o
éste se la encomendará a un sacerdote concelebrante, o alguna vez, según las
circunstancias, también a un diácono, pero nunca a un laico.[65] En
casos especiales, y por justa causa, la homilía puede hacerla también el Obispo
o el presbítero que esté presente en la celebración sin que pueda concelebrar.
Los domingos y las fiestas del precepto debe tenerse la homilía en todas
las Misas que se celebran con asistencia del pueblo y no puede omitirse sin
causa grave, por otra parte, se recomienda tenerla todos días especialmente en
las ferias de Adviento, Cuaresma y durante el tiempo pascual, así como también
en otras fiestas y ocasiones en que el pueblo acude numeroso a la Iglesia.[66]
Es conveniente que se guarde un breve espacio de silencio después de la
homilía.
Notas
63] Cfr.
Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium, núm. 52; cfr. Código
de Derecho Canónico, canon 767, 1.
[64] Cfr. Sagrada
Congregación de Ritos, Instrucción Inter Oecumenici, día 26 de
septiembre de 1964, núm. 54: A.A.S. 56 (1964) pág. 890.
[65] Código
de Derecho Canónico, canon 767, 1; Pontificia Comisión para
la auténtica interpretación del Código de Derecho Canónico, respuesta a la duda
acerca del canon 767,1: A.A.S 79 (1987) pág. 1249; Instrucción
interdiscasterial sobre algunas cuestiones acerca de la cooperación de los fieles
laicos en el ministerio de los sacerdotes, Ecclesiae de mysterio, día
15 de agosto de 1997, artículo 3: A.A.S. 89 (1997) pág. 864.
[66] Cfr. Sagrada
Congregación de Ritos, Instrucción Inter Oecumenici, día 26 de
septiembre de 1964, núm. 53: A.A.S. 56 (1964) pág. 890.
PONT. COMISIÓN PARA LA INTERP. AUTÉNTICA DEL COD. DER. CANÓNICO,
Respuesta ad propositum dubium, día 20 de junio de 1987
Los Padres de la Pontificia Comisión para la Interpretación
Auténtica del Código de Derecho Canónico, en la reunión plenaria del día 26 de
mayo de 1987, han considerado que deben responder a las dudas que siguen como
se indica abajo:
D. «Si el
Obispo diocesano puede dispensar de la prescripción del can. 767, § 1, que
reserva al sacerdote o al diácono la homilía».
R. Negativo.
El Sumo Pontífice Juan Pablo II en la Audiencia del día 20 de
junio de 1987 concedida al infrascrito, informado de la decisión arriba
indicada, la ordenó publicar.
Rosalio José Card. Castillo Lara, Presidente
Julián Herranz Casado, Secretario
Escrito por Pedro María
Reyes Vizcaíno ( EXTRACTO)
La
predicación puede realizarse en la liturgia o fuera de ella: si la predicación
se hace dentro de la liturgia, se denomina homilía. Como ya sabemos, los laicos
no pueden predicar homilías. Las Conferencias Episcopales pueden dar normas
para regular la predicación de los laicos, pero en ningún caso pueden dispensar
de la reserva de la homilía al ministro ordenado, de acuerdo con la Interpretación Auténtica promulgada por el Pontificio
Consejo para los Textos Legislativos el 20 de junio de 1987, que a
la pregunta de si el Obispo diocesano puede dispensar de la prescripción del
can. 767, § 1, que reserva al sacerdote o al diácono la homilía, respondió
negativamente.
En 1997
ocho Dicasterios de la Santa Sede promulgaron la Instrucción Ecclesiae de
Mysterio sobre algunas cuestiones acerca de la colaboración de los fieles
laicos en el sagrado ministerio de los sacerdotes. En este documento se
dedican dos artículos, el 2º y el 3º, al ministerio de la palabra y a la
homilía. Entre otras cosas, esta Instrucción recuerda lo siguiente:
Para la Misa, la Instrucción
Redemptionis Sacramentum,
promulgada por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos el 25 de marzo de 2004 indica que “la prohibición de admitir a los
laicos para predicar, dentro de la celebración de la Misa, también es válida
para los alumnos de seminarios, los estudiantes de teología, para los que han
recibido la tarea de «asistentes pastorales» y para cualquier otro tipo de
grupo, hermandad, comunidad o asociación de laicos” (n. 66), y además recuerda
que “debe tenerse por abrogada, según lo prescrito en el canon 767 § 1,
cualquier norma precedente que admitiera a los fieles no ordenados para poder
hacer la homilía en la celebración eucarística. Se reprueba esta concesión, sin
que se pueda admitir ninguna fuerza de la costumbre” (n. 55). En este número
cita el artículo 3º de la Instrucción Ecclesiae de mysterio,
lo que refuerza la interpretación de que esta Instrucción no pretendió
autorizar la predicación de homilías en cualquier acto litúrgico salvo en la
Misa.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario