La preparación y
celebración de las fiestas pascuales
Carta circular dada en la sede de la Congregación
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
16 de enero de 1988.
La Semana Santa
27. Durante la Semana santa, la Iglesia celebra los misterios de
la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por
su entrada mesiánica en Jerusalén.
El tiempo de Cuaresma continúa hasta el jueves. A partir de la Misa vespertina "en la
Cena del Señor" comienza el Triduo pascual, que continúa durante el
Viernes de la Pasión del Señor y el Sábado Santo, y tiene su centro en la
Vigilia Pascual y acaba con las Vísperas del domingo de Resurrección.
"Las ferias de Semana Santa, desde el lunes hasta el jueves
inclusive, tienen preferencia sobre cualquier otra celebración" 31 . Conviene que en estos días no se administren los sacramentos del
Bautismo y de la Confirmación.
a) Domingo de Ramos en la Pasión del Señor
28. La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos en la Pasión
del Señor, que comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el
anuncio de la Pasión. La relación entre los dos aspectos del misterio pascual
se ha de evidenciar en la celebración en la catequesis del día 32 .
29. La entrada del Señor en Jerusalén, ya desde antiguo, se conmemora
con una procesión, en la cual los cristianos celebran el acontecimiento,
imitando las aclamaciones y gestos, que hicieron los niños hebreos cuando
salieron al encuentro del Señor, cantando el fervoroso "Hossana" 33 .
La procesión sea única y tenga lugar antes de la Misa en la que
haya más presencia de fieles; puede hacerse también en las horas de la tarde,
ya sea del sábado ya del domingo. Para ello hágase, en lo posible, la reunión
de la asamblea en otra iglesia menor, o en un lugar apto fuera de la iglesia
hacia la cual se dirigirá la procesión.
Los fieles participan que esta procesión llevando en las manos
ramos de palma o de otros árboles. Los sacerdotes y los ministros, llevando
también ramos, preceden al pueblo 34 .
La bendición de ramos o palmas tiene lugar en orden a la procesión
que seguirá. Los ramos conservados en casa recuerdan a los fieles la victoria
de Cristo, que se ha celebrado con la procesión.
Los pastores hagan todo lo posible para que la preparación y la
celebración de esta procesión en honor de Cristo Rey, p ueda tener un fructuoso
influjo espiritual en la vida de los fieles.
30. Para la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén,
además de la procesión solemne, que se acaba de describir, el Misal ofrece
otras dos posibilidades, no para fomentar la comodidad y la facilidad, sino en
previsión de las dificultades que puedan impedir la organización de una
procesión.
La segunda forma de la conmemoración es una entrada solemne, que
tiene lugar cuando no puede hacerse la procesión fuera de la iglesia. La
tercera forma es la entrada sencilla, que ha de hacerse en todas las Misas de
este domingo en las que no ha tenido lugar la entrada solemne 35 .
31. Donde no se puede celebrar la Misa es conveniente que se haga
una celebración de la Palabra de Dios sobre la entrada mesiánica y la Pasión
del Señor, ya sea el sábado por la tarde, ya el domingo a la hora más oportuna 36 .
32. Durante la procesión los cantores y el pueblo cantan los cantos
indicados en el Misal Romano como son el salmo 23 el salmo 46, y otros cantos
apropiados en honor de Cristo Rey.
33. La historia de la Pasión goza de una especial solemnidad. Es
aconsejable que se mantenga la tradición en el modo de cantarla o leerla, es
decir, que sean tres personas que hagan las veces de Cristo, del narrador y del
pueblo. La Pasión ha de ser proclamada ya por diáconos o presbíteros, ya, en su
defecto, por lectores, en cuyo caso, la parte correspondiente a Cristo se
reserva al sacerdote.
Para la proclamación de la Pasión no se llevan ni luces ni
incienso, ni se hace al principio el saludo al pueblo como de ordinario para el
Evangelio, ni se signa el libro. Tan solo los diáconos piden la bendición al
sacerdote 37
.
Para el bien espiritual de los fieles conviene que se lea por
entero la narración de la Pasión, y que no se omitan las lecturas que la
preceden.
34. Terminada la lectura de la Pasión no se omita la homilía.
b) Misa crismal
35. La Misa crismal, en la cual el Obispo que concelebra con su
presbiterio, consagra el santo Crisma
y bendice los demás óleos, es una manifestación de la comunión existente
entre el obispo y sus presbíteros en el único y mismo sacerdocio y ministerio
de Cristo 38
. Para esta Misa ha de convocarse
a los presbíteros de las diversas partes de la diócesis para concelebrar con el
obispo; y ser testigos y cooperadores en la consagración del Crisma, del mismo
modo que en el ministerio cotidiano son sus colaboradores y consejeros.
Conviene que se invite encarecidamente también a los fieles a
participar en esta Misa, y que en ella reciban el sacramento de la eucaristía.
La Misa crismal se celebra, conforme a la tradición, el jueves de
la Semana Santa. Sin embargo, si es difícil para el clero y el pueblo reunirse
aquel día con el Obispo, esta celebración puede anticiparse a otro día, pero
siempre cercano a la Pascua 39
. El nuevo Crisma y el nuevo
óleo de los catecúmenos se han de utilizar en la celebración de los sacramentos
de la iniciación en la noche pascual.
36. La celebración de la Misa crismal sea única a causa de su
significación en la vida de la diócesis, y celébrese en la iglesia catedral o,
por razones pastorales, en otra iglesia especialmente si es másinsigne 40 .
La recepción de los óleos sagrados en las distintas parroquias
puede hacerse o antes de la celebración de la Misa vespertina "en la Cena
del Señor", o en otro momento más oportuno. Esto puede ayudar a la
formación de los fieles sobre el uso y efecto de los óleos y del Crisma en la vida cristiana.
c)
Celebración penitencial de final de la Cuaresma
37. Es muy conveniente que el tiempo de la Cuaresma termine, tanto
para cada uno de los fieles como para toda la comunidad cristiana, con alguna
celebración penitencial, que prepare a una más plena participación en el
misterio pascual 41
.
Esta celebración tendrá lugar antes del Triduo Pascual, y no precederá
inmediatamente a la Misa vespertina "en la Cena del Señor".
Notas
31
Cf. Normas universales sobre el año litúrgico y sobre el calendario, n. 16, a.
32
Cf. Caeremoniale episcoporum, n. 263.
33
Cf. Misal Romano, Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, n. 9.
34
Cf. Caeremoniale episcoporum, n. 270.
35
Cf. Misal Romano, Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, n. 16.
36
Cf. Ibidem. n.19.
37
Cf. Ibidem. n. 22. Para la misa que el obispo preside, cf. Caeremoniale episcoporum, n. 74.
38
Conc. Vat. II, Decreto sobre la vida y el ministerio de los presbíteros, Presbyterorum ordinis, n. 7.
39
Caeremoniale episcoporum, n. 275.
40
Cf. Ibidem. 276.
41
Cf. Ritual de la Penitencia, Apéndice II, nn. 17
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