MARTES 26
MARTES DE LA SEMANA SANTA
RITO DE ENTRADA
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 26, 12)
No me entregues, Señor, al odio de mis enemigos, pues han surgido contra mí testigos falsos, que respiran violencia.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, ayúdanos a celebrar los misterios de la pasión del Señor con tal fe y arrepentimiento, que podamos merecer tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Del
libro del profeta Isaías: 49, 1-6
Escúchenme, islas; pueblos
lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de mi madre; cuando aún
estaba yo en el seno materno, Él pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una
espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha puntiaguda,
me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú eres mi siervo, Israel; en ti
manifestaré mi gloria". Entonces yo pensé: "En vano me he cansado,
inútilmente he gastado mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del
Señor, mi recompensa la tenía mi Dios". Ahora habla el Señor, el que me
formó desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob
volviera a Él y congregar a Israel en torno suyo —tanto así me honró el Señor y
mi Dios fue mi fuerza—. Ahora, pues, dice el Señor: "Es poco que seas mi
siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los
sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que
mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.Del salmo 70
R/. En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo.
R/.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados.
R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me sostenías.
R/.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo.
R/.
ACLAMACIÓN R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como manso cordero al sacrificio.
Del santo Evangelio según san Juan: 13, 21-33.36-38
En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió profundamente y declaró: "Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar". Los discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque no sabían de quién hablaba. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una seña y le preguntó: "¿De quién lo dice?". Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: "Señor, ¿quién es?". Le contestó Jesús: "Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar". Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dijo entonces a Judas: "Lo que tienes que hacer, hazlo pronto". Pero ninguno de los comensales entendió a qué se refería; algunos supusieron que, como Judas tenía a su cargo la bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió inmediatamente. Era de noche.
Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: "Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán, pero como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes ahora: 'A donde yo voy, ustedes no pueden ir' ". Simón Pedro le dijo: "Señor, ¿a dónde vas?". Jesús le respondió: "A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; me seguirás más tarde". Pedro replicó: "Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti". Jesús le contestó: "¿Conque darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres veces". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad este pan y este vino que te presentamos, y concede a cuantos quieres hacernos partícipes del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, llegar a poseerlo plenamente en tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Rm 8, 32)
Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, y con Él nos ha dado todos los bienes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por medio de este sacramento, que ya desde ahora nos comunica tu fuerza, concédenos, Padre misericordioso, participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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